Joyas en la profundidad

por adminjoyam

En los últimos cuarenta años, los hallazgos de la arqueología subacuática en México han dejado en claro que la riqueza en la profundidad del océano no sólo es su vida marina, sino también los sorprendentes descubrimientos de joyas llenas de historia, valor y misticismo.

 

El más reciente se trata del hallazgo de un cargamento de joyas coloniales en la costa de Yucatán, dado a conocer por el Gobierno Federal en 2018, pero descubierto por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cuatro años atrás. De acuerdo con fuentes oficiales, en una zona de arrecifes del caribe mexicano fueron localizadas más de 300 joyas de oro.

 

El doctor Roberto Junco Sánchez, principal descubridor de este sorprendente cargamento, calificó de “serindipia” el hallazgo de estas alhajas que, posiblemente, iban destinadas a ensortijar a los acaudalados españoles y españolas, pero que terminaron hundiéndose junto con el barco que las transportaba, una de las tantas víctimas fatales arrastradas por las fuertes corrientes que confluyen en el litoral yucateco.

 

Entre las piezas encontradas destacan 83 anillos, un par de hebillas, 15 mondadientes, una decena de anillos de oro con esmeraldas, coral rosa y amatista; tres botones, seis dijes; 141 cuentas de rosario, 11 rosarios incompletos; tres broches con esmeraldas, nueve medallas, siete cruces, dos cruces con esmeraldas, cinco medallones relicarios ovalados, tres mancuernillas, dos flores, cuatro medallones relicario circulares; además de fragmentos de pulseras, rosarios, cadenas, anillos, apliques y elementos intermedios.

 

En total se recuperaron 74 esmeraldas incrustadas, sobresale por ejemplo una pequeña figura de dragón con 14 esmeraldas y dos diamantes, y otros dragoncillos con cuatro esmeraldas en ojos y al lomo cada uno; además de tres esmeraldas sueltas de gran tamaño y una pequeña.

 

Tras el descubrimiento, las piezas fueron expuestas en el Museo de Arqueología Subacuática, en Campeche. A este hallazgo se suma el descubrimiento del pescador Raúl Hurtado Hernández, quien encontró lingotes de oro y joyería prehispánica que habían permanecido ocultos por más de 400 años en un galeón español, y a las cuales se les bautizó como “Joyas del pescador” exhibiéndose en el Baluarte de Santiago, en el puerto de Veracruz.

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