Cada diamante es único en la Tierra.
Sus características lo hacen el rey de las gemas por su belleza natural y dureza. De acuerdo con el Gemological Institute of America (GIA), institución reconocida a nivel mundial que certifica diamantes con base en su calidad y en su rareza, entre más exótica es la piedra, mayor es su calidad y valor.
GIA estableció cuatro parámetros internacionales que señalan la autenticidad de la piedra preciosa. El valor de un diamante se determina a partir de las 4 Cs: carat (peso), color (color), cut (corte) y clarity (claridad).
El carat de un diamante se mide en quilates, y un quilate equivale a 0.2 gramos. La gran mayoría de los diamantes pesan entre 0.50 y 5 quilates. En el mercado de la joyería, los diamantes se comercializan a precio por quilate, el cual varía según el peso de la gema.
En cuanto al color, GIA estableció una escala de letras para medir esta propiedad de la gema, partiendo desde la D, que representa el color más puro, hasta la Z, que sería un diamante con tonos amarillos y cafés.
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