Medio siglo de romance. Hijos, quizá nietos. Recuerdos y mucho por contar aún, al lado de la persona con la que con anillo en mano dijiste sí hace 50 años atrás. Si es tu caso, entonces te encuentras por celebrar las bodas de oro. Al igual que en otras partes del mundo, esta costumbre ha sido adoptada en México y América Latina. Sin embargo, su origen nos remonta a territorio europeo. ¿La razón? Bien, se dice que el comienzo de esta tradición sucedió en plena época Medieval, específicamente en Europa Central. Es sabido que los alemanes de aquella época solían otorgar una tiara de plata a sus esposas para agradecer los primeros 25 años de matrimonio.
El metal plateado simbolizaba la armonía que debió existir entre la pareja para poder llegar a ese primer período donde se fortalecieron y generaron los pilares de su propia familia. La mujer llevaba con orgullo este presente y con ello, la sociedad podría reafirmar el amor que ésta sentía por su marido. 25 años más tarde. Arribaba uno de los momentos mas especiales para la pareja: La bodas de oro. Nuevamente el hombre otorgaba una tiara a la mujer, pero en esta ocasión fabricada en su totalidad de oro.
El metal más preciado de todos representaba la fortaleza del matrimonio, la madurez así como el agradecimiento a la vida por el linaje que la pareja había logrado a través del tiempo. Sí, uno de los momentos más importados para los amados.
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