El Museo Metropolitano de Arte (MET) en Nueva York es uno de los museos de arte más destacados del mundo. La colección del museo es de más de dos millones de obras de arte de todo el mundo, muchas joyas con un legado histórico invaluable, como este pectoral compuesto en torno al nom- bre del trono del Rey Senwosret II. Fue encontrado entre las joyas de la Princesa Sithathoryunet en su tumba junto a la pirámide de Senwosret II en 1913. Los signos jeroglíficos conforman el diseño y leen: “El dios del Sol naciente concede vida y dominio sobre todo lo que el Sol rodea durante un millón cien mil años».
Está integrada por trescientas setenta y dos piedras naturales (calcedonia, feldespato, granate, turquesa y lapislázuli), engastadas en oro.
Las joyas que llevaban las mujeres reales durante el Reino Medio no eran simplemente para adornarse o un indicativo de estatus, sino que también eran simbólicas de conceptos y mitos que rodean a la realeza egipcia.
Para su realización, los joyeros egipcios utilizaron la técnica de cloisonné, la cual consiste en la confección de una base metálica sobre la que se incrustan fragmentos, vidrios y piedras de colores.
Está enmarcada por dos halcones solares, cada uno símbolos del dios Sol, agarra un jeroglífico circular “rodeado”, declarando así poder supremo de la deidad solar sobre el Universo.
Sobre sus cabezas aparecen dos cobras enroscadas, de cuyas colas cuelgan jeroglíficos que significan vida (ankh), estas serpientes representan a Nekhbet y Udjo, las diosas protectoras tradicionales del rey. Además se puede ver al dios Heh arrodillado sosteniendo dos hojas de palmera curvadas en sus extremos.