Además del oro y la plata, otro metal precioso que ha ido tomando protagonismo en la joyería es el platino. Un metal considerado como uno de los más valiosos porque es raro, escaso y costoso. La producción del platino de centra principalmente en Sudáfrica al contar con las reservas más grandes del mundo.
Se estima que el 70% de la producción mundial del platino se da en dicho país africano; sin embargo, otras naciones como Rusia y Canadá cuentan con grandes reservas de este metal, que a diferencia de Estados Unidos que tiene una producción mínima a pesar de sus yacimientos, albergan junto con Sudáfrica el 90% de la producción mundial de platino.
En el gran universo de las joyas, el platino está presente en las colecciones de joyería vanguardista, en colecciones para hombre, mujer o joyería de alta calidad con diamantes, destacando en joyería con piedras preciosas como diamantes, zafiros, rubíes y esmeraldas.
Entre las características de este metal se encuentran: el que es un excelente catalizador. No es afectado por la atmosfera. No se oxida con el aire pero puede reaccionar, dependiendo de las condiciones. Conserva su brillantez aun cuando se calienta, y posee una densidad que es el doble de la plata.
Su rareza y costo se debe a que es muy difícil y problemático para producir, porque para su explotación se requiere de muchas toneladas de material para obtener muy poco metal, además de requerir un alto punto de fusión con equipo especial para su fundición.
Se estima que, en la joyería, el platino solo representa una demanda de 25% de su demanda total; esto aunado a la presencia de otros metales como la plata y el oro blanco. En la industria comercial, la primera joyería en fabricar joyas de platino fue Cartier, después Tiffany y Faberge.
Más que precioso
El platino tiene la fama de ser el favorito de los diamantes más grandes y famosos del mundo