Por: Mtra. Laura Rodríguez
Dicen que los grandes negocios surgen de las grandes ideas. Sin embargo, quizá su origen va más allá de la creatividad o las ideas acertadas. Generar un trabajo propio, es decir, emprender, necesita de una primera decisión: Caminar sin miedo a caer. Una vez que lo anterior se apodera de nuestra mente, buena parte de la tarea está hecha o, al menos, el camino será más ligero.
Y es que el emprendedor se caracteriza por un espíritu aventurero, un corazón imparable e, inclusive, un gusto por la incertidumbre. El emprendedor es consciente de su situación, por lo que día con día debe hacerse de herramientas para generar sus propios ingresos.
Por otro lado, hay quienes prefieren la seguridad de trabajar para alguien más o el cobijo tanto de grandes empresas o corporativos, también es una forma de vida válida y una manera donde se puede brillar con determinación. Sin embargo, estas líneas están dedicadas a quienes buscan sus oportunidades desde la independencia.
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