Como si fuera un producto de la fantástica imaginación de Julio Verne, en el interior de la mina Naica, a trescientos metros de profundidad, se encuentra la llamada Cueva de los Cristales, también llamada Cueva de las Espadas, un sitio cuya elevada temperatura de alrededor de 45ª, impide el acceso incluso para los investigadores geólogos profesionales.
Aún así, el conocimiento parcial que se tiene de las enormes formaciones de cristales de Selenita, brotando por todas partes de la cueva, emergidas en todas las direcciones posibles, alcanzando a unir el suelo con las rocosas y altas bóvedas; teniendo algunas de ellas dimensiones de 15 metros de largo y 2 metros de espesor; situación que ha sido suficiente para enaltecer a Naica una de las maravillas naturales del mundo. Se considera que esas formaciones cristalinas han tenido un proceso de crecimiento de un millón de años. Las imágenes hasta ahora logradas desde su interior, son en verdad asombrosas.
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