Desde su anuncio a finales del 2018, la boda real ha sido un tema que ha ocupado los titulares de todo el mundo. Y es que la monarquía británica tiene un encanto que parece maravillar con cada detalle que sale a la luz.
Además de la ceremonia y el vestido, uno de los tópicos que ha circulado con interés entre la prensa del corazón es el anillo de compromiso. En esta ocasión, la mano de Meghan Markle luce una sortija con historia, significado y mucho estilo. ¿La razón? Ha sido el mismísimo príncipe Harry el responsable de su creación.
El menor de los príncipes de Inglaterra ha elegido dos diamantes como piezas laterales del anillo, éstos provienen de la colección personal de su madre: La Princesa Diana de Gales. Por su parte, el diseño cuenta con una piedra central de mayor tamaño proveniente de África, continente al que este enamorado le ha mostrado sumo interés de una u otra forma en su vida.
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