En el estado de Querétaro se encuentran las principales minas de ópalo de fuego, una gema que muestra el rojo intenso de antiguos volcanes extintos.
En nuestro país, el ópalo es una gema que brilla con fuerza. Extraída de la vertiente norte del eje volcánico, entroncando con las Sierra Madre Occidental y Oriental, en los estados de Querétaro, Jalisco, Guanajuato, Hidalgo y Guerrero, su particular belleza se consideraba desde la edad media como mágica por tener los colores de muchas piedras preciosas.
En la antigüedad, se creía que el ópalo confería los dones de la visión y la profecía y ayudarían al usuario a disminuir sus inhibiciones y revelar sus verdaderos sentimientos. Sus múltiples tonalidades los clasificaron sobre otras gemas como piedras de luejo, por los antiguos romanos.
Según datos históricos, los aztecas utilizaban ópalos en artículos ornamentales y ceremoniales, y se le conocía con el nombre de vitzitziltecpal (piedra de colibrí) o tequetzalitzil (pedernal con plumas de colibrí), debido a la iridiscencia de la gema con la del plumaje del ave.
En la actualidad, aunque el ópalo blanco, roca, nego y rosa tienen gran demanda en la industria de la joyería, el ópalo de fuego, ha tenido un creciente interés en los últimos años dado a sus características, las cuales destacan por su intenso color de cuerpo, que puede ser amarillo, naranja o rojo, esta último siendo el más buscado.
El ópalo de fuego es dióxido de silicio hidratado amorfo, es el único tipo de ópalo que puede ser transparente o translúcido. Las principales minas de esta gema están en Querétaro, principalmente en la sierra de La Llave, en los municipios de Colón, Tequisquiapan y Ezequiel Montes.
De las minas Iris, El Milagro, José, Guacamaya, Buey, La Reyna, La Carbonera, La Trinidad, La Yerbabuena, El Venado, Cerro Viejo y La Porfia, se extrae el ópalo de fuego. Mientras que en la región de La Magdalena en Jalisco se extraen óplalos rojo sangre de pichón, rojo lluvia, azul pavo, azul lluvia o verde esmeralda.
