Desde tiempos remotos, pronunciar oro es sinónimo de un tesoro indiscutible. Lo anterior se debe a múltiples factores históricos y también sentimentales que se le han otorgado a este bello caudal; culturas milenarias le usaron a través de suntuosa joyería para demostrar poderío u otorgar tributo a las deidades, los conquistadores de América cruzaron el océano Atlántico por el deseo de encontrarle en grandes cantidades y en los libros antiguos hay páginas enteras dedicadas a su belleza.
Hoy la joyería de oro representa mucho más. El peso histórico y económico que se le otorga, le hacen una inversión que nunca perderá su valor a pesar del paso de los años.
Por ello el Pabellón de Oro, al igual que el resto de los pabellones que integran JOYA, merece una visita por parte de los miles de compradores especializados que se dan cita en cada edición de este importante encuentro comercial.
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