ANHELOS DE ORO

por adminjoyam

Era 12 de octubre de 1492 cuando Cristóbal Colón, en su primer viaje a las Indias, descubrió América. Esa fecha no sólo cambió la historia, sino que despertó inquietudes que marcaron la vida de infinidad de personajes.

Entre ellos, marineros de corazón libre que pusieron toda clase de sueños, esperanzas y sobre todo, ambiciones, en cualquier cosa que estuviera más allá del océano. ¿En su mente? Una tierra desconocida pero prometida, una nueva oportunidad para comenzar desde cero y quizá, la opción para generar riqueza. Y es que con el paso de los años, a Europa llegaron anécdotas, cartas o crónicas que no tardaron en convertirse en historias y más tarde leyendas relacionadas al metal más dorado de todos: El oro. Son varios los textos que se encuentran en libros antiguos así como en sitios digitales de acento histórico que aseguran cómo Cristóbal Colón describió entusiasmado la manera en que los nativos salían en dirección a los barcos llenos de joyas de oro, por lo que no escatimó en dirigir cualquier esfuerzo que le permitiera saber de dónde sacaban dichos tesoros.

La relevancia del oro es tan grande que hoy, cientos de años más tarde, continúa como un metal que jamás perderá su valor. En aquel entonces, debido al contexto histórico, esa realidad se acentuaba de una manera aún mayor: Obtener oro era una forma de conservar un estilo de vida alto, acceder a otras escalas sociales y junto a la obtención de un título o tierras, el sinónimo de realización económica.

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