Desde el ángulo que la mires, sus colores, matices y reflejos son fabulosos. El ópalo, la piedra preciosa más colorida de todas, tiene la gran característica de mostrar sus destellos iridiscentes que cambian en cada uno de sus ángulos.
Su espectacular belleza se ha con- vertido en el sustento de las familias mineras, comerciantes y orfebres del municipio de Magdalena, el cual tiene casi 200 minas de extracción de esta gema que emana de una región enclava- da en una zona volcánica que, gracias a sus características, se sigue explotando desde los años 50 ́s.
De acuerdo con historiadores del municipio, entre 1948 y 1950 se descubrieron las primeras minas de ópalo. La Única, Las Latillas y La Mora fueron las primeras en donde los mineros inicia- ron la explotación del ópalo; después, le siguieron la de San Simón, El Huaxical, Las Cruces, San Martín, Santa Cecilia, San José y La Perla.
Al día de hoy, el ópalo no sólo le ha dado gran riqueza a la actividad comercial minera y orfebre de la región, sino que también se ha convertido en un importante centro turístico donde cada año acuden miles de turistas nacionales e internacionales.
Prueba de ello, es la mina La Lupita, la cual se encuentra a 20 minutos de Magdalena; ahí pobladores de la región ofrecen diversos recorridos guiados para sus visitantes. En tanto, las minas de El Huaxical y San Simón, su explotación está enfocada a abastecer la actividad comercial, aunque también se puede visitar a pie o a caballo.
El origen del nombre de Magdalena, según historiadores, se debe al nombre con que fue bautizada por los franciscanos la hija de Goaxicar, gobernador reconocido por su talento y valor, en 1538.
Magdalena, Jalisco, un municipio con poco más de 20 mil habitantes y a sólo 78 kilómetros al noroeste de Guadalajara, se ha convertido en el segundo productor más importante de ópalo en el mundo, siendo Australia el mayor productor de ópalo, con una participación aproximada del 95% de la producción y con casi la totalidad de las reservas mundiales. Otros depósitos importantes en el mundo son Etiopía, Sudán, Hungría, Honduras, Brasil y Estados Unidos.
Los ópalos que muestran el juego de color se conocen como ópalos preciosos, y los ópalos que carecen de juego de color se conocen como ópalos comunes, pues la intensidad y distribución de los destellos de color es un factor determinante en el valor de un ópalo.
Otra propiedad que hace único al ópalo es que lo reúne todos los colores de las piedras preciosas, como el negro, gris, blanco, marrón, púrpura, amarillo, naranja, verde, azul-verdoso o incoloro, que a diferencia de otras gemas como los zafiros, rubíes o esmeraldas, cada ópalo registra combinaciones de colores únicas, por lo que gracias a estas característica lo hacen tan único, a tal grado que resulta imposible encontrar otro idéntico.