Tejer y manipular hilos de oro dan como resultado una joya con gran valor cultural. La filigrana es un arte milenario que le da brillo a nuestro país.
La filigrana es considerada la técnica orfebre más pura de la joyería, ya que requiere de una labor artesanal y tiene un elevado nivel de complejidad. La historia de la filigrana mexicana se remonta a las antiguas civilizaciones mesoamericanas, como la cultura mixteca.
Con la llegada de los españoles, los objetos creados fueron destinados a la clase alta española, donde las mujeres de esa época solían usar ostentosos objetos de joyería teniendo un gusto especial por la joyería hecha en filigrana.
La filigrana es considerada un arte por la habilidad y la destreza de los artesanos que la crean. Su técnica consiste en tomar pequeños tramos de alambre e irle dando forma de pequeñas volutas en forma de S. La filigrana trabaja con finos hilos de metal, generalmente oro y plata, para crear diseños de inspiración artística.
Si bien la plata ha sido un metal que muy recurrido en esta técnica milenaria, sobre todo en estados plateros como Guerrero, la filigrana de oro toma interés por su belleza estética, pero sobre todo por la gran demanda e interés en el metal dorado.
Además de Guerrero, en estados como Chiapas, Oaxaca y Yucatán esta técnica forma parte de su legado cultural, siendo una actividad económica fuerte en dichas regiones. Hoy en día, la filigrana continúa siendo apreciada en la joyería fina, con artesanos y diseñadores que exploran nuevas formas de interpretar esta antigua técnica. La combinación de la filigrana con gemas preciosas y metales contemporáneos ha dado lugar a piezas únicas que fusionan la tradición con la modernidad.