Samuel Casillas

por adminjoyam

A los 21 años de edad, Samuel Casillas es uno de los diseñadores más productivos de Guadalajara, la capital joyera de México. El éxito que en poco tiempo ha alcanzado con Corso, su propia marca de joyería, le ha valido a este novel emprendedor una posición destacada entre las jóvenes promesas del sector.

El encanto por el diseño le acompañó desde que era apenas un niño, particularmente el de las joyas, que le fascinaban por la diversidad de sus formas, colores y materiales. Debido a su inclinación artística, sus padres siempre procuraron que participara en talleres y cursos de pintura o dibujo.

El joven autor recuerda que siempre sintió el deseo de trabajar con las manos. Cuando visitaba los talleres de la mueblería de su padre, buscaba pedazos de madera para tallar y esculpir, usando cualquier herramienta u objeto que tuviera a su alcance.

Cuando tenía 17 años vivió en Casciano, un pequeño y fascinante pueblo italiano lleno de arquitectura medieval, situado a media hora de Roma. En ese lugar nació la inspiración que lo llevó a crear su marca, nombrada en alusión la avenida principal de aquella villa rural: Via del Corso.

Tras su regreso a México, Casillas comenzó a diseñar algunas piezas, en su mayoría herrajes, dijes y pulseras a base de zamak, una aleación de zinc con aluminio, magnesio y cobre. La originalidad y frescura de estas primeras joyas llamó la atención de una reconocida empresa joyera que lo contrató para que realizara una colección completa.

Meses más tarde hizo su debut en Expo JOYA con su propia marca. En su primer año como expositor, causó una tremenda impresión entre los distribuidores del país por la estética propia de las piezas que Corso ha fabricado desde entonces.

Según su propio autor, las piezas de Corso son producto de una fusión entre lo étnico y lo contemporáneo. Son «mini esculturas», obras artesanales hechas con materiales de la tierra, con las que se busca transmitir un sentimiento de libertad, y en las que se procura hacer evidente la energía de las manos de sus creadores.

Algunos de los materiales favoritos del diseñador son el cuarzo, el jade, la mocaita y el lapislázuli. Los herrajes de plata y el recurrente uso de pieles trenzadas son parte fundamental del look de sus colecciones, que aún conservan una profunda influencia de su estancia en la península itálica, al tiempo que se entremezclan con los rasgos estéticos multiculturales que Casillas ha recolectado en sus viajes a través de México y otros países.

A diferencia de otros colegas suyos, el todavía estudiante de arquitectura, trata de evitar la creación de bocetos y dibujos. Casillas, diseña la mayoría de sus piezas directamente en la mesa de trabajo: moldea y engarza los metales y las piedras, guiándose por un sentimiento instintivo.

«Comienzo a trabajar a partir de los colores que están de moda en cada temporada. Me fijo mucho en las tendencias y busco materiales que me permitan jugar alrededor de las mismas. Después de los colores viene una piedra y luego un herraje o algún trenzado particular para la piel. Dejo que la obra vaya adoptando su propia forma».

Una vez que ha terminado el diseño, enseña a alguno de sus artesanos el procedimiento completo para reproducir la pieza. Samuel pasa gran parte del en su día taller, diseñando, supervisando, siguiendo personalmente el proceso de nacimiento de cada pieza. Este método de trabajo asegura que cada uno de los accesorios de Corso cuente con una propia personalidad.

Aunque la idea original era crear piezas únicas, el rápido crecimiento de la marca y su comercialización a nivel internacional ha obligado al diseñador a recurrir a la reproducción de algunos modelos, siempre siguiendo el mismo proceso artesanal que se aplicó a la obra original: «nunca vas a encontrar dos piezas que sean realmente iguales, tal y como jamás podrías encontrar dos piedras idénticas».

Para mantener la identidad que caracteriza a sus diseños, el artista procura estar en constante movimiento, viajando y conociendo diferentes culturas que le permitan repensar sus creaciones. En México, el mundo indígena y el arte wixárika lo inspiran. También el trabajo de Sergio Bustamante y Daniel Espinosa, a quienes admira por el reconocimiento que han obtenido a nivel internacional, mismo que desea para otros y para sí mismo.

Actualmente diferentes colecciones de Corso pueden ser encontradas en galerías, hoteles y boutiques de alto prestigio en distintos países de América: Chile, Argentina, Puerto Rico, Guatemala, Estados Unidos, Canadá y por supuesto México.

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