Detrás de su significado de pureza, inocencia y feminidad hay un valor que la hace ser la reina de las gemas. En la antigua Roma, la perla era un símbolo de poder, al ser el objeto más precioso que se pudiera adquirir con dinero.
La piedra más importante del arte y de la religión por su gran significado cultural en todo el mundo, ha sido una constante en las colecciones de joyería de las royals. Conocida como la Reina de las Perlas, la reina Elizabeth I fue la primer monarca en usar con gran fascinación las perlas.
Perlas individuales en pendientes y collares triples de perlas son parte de la joyería que enmarcan los atuendos de las mujeres de la familia real, convirtiéndose en protagonistas de la gema preciosa más antigua del mundo.
Sin duda, quien hasta ahora ha convertido a la perla en el mayor sinónimo de su estilismo cotidiano es la reina Isabel II de Inglaterra. El primer collar de perlas triple de la reina Isabel II fue un regalo de su abuelo, el rey Jorge V, en 1935; y desde entonces es una seña de identidad de la monarca.
Carolina de Mónaco, en el último Baile de la Rosa, lució un increíble collar de tres vueltas de perlas cultivadas que el príncipe Rainiero obsequió a su madre Grace Kelly como regalo de boda; una joya que la princesa no había lucido hasta la fecha.
Durante los Premios Princesa de Asturias 2015, la reina Leticia Ortiz escogió un collar de grandes perlas a juego con unos pendientes de perlas y diamantes de la firma Ansorena, una pieza única que perteneció a la reina María de las Mercedes, esposa de Alfonso XII.
Si bien la perla una pieza de joyería tradicional, esa piedra preciosa tiene ese poder atemporal que continúa conquistando a mujeres con diseños contemporáneos y en tendencia.