Engastada con amatistas cuadradas y rodeada por diamantes de circulares de 5,25 quilates, la cruz de Attallah fue un símbolo de creciente seguridad en la princesa de Gales, Lady Di.
De estilo fleurée, el colgante de 136 x 95 mm, fue fabricado en la década de 1920 por los joyeros de la corte Garrard. Con un vestido creado por la diseñadora Catherine Walker, en una gala benéfica en 1987, Lady Di lució la cruz de Attallah; desde ese entonces esta pieza acaparó la atención de los medios y otras celebridades.
Si bien esta cruz fue prestada en repetidas ocasiones a Diana, por Naim Attallah, codirector general de Asprey & Garrard, y amigo íntimo de la princesa, nunca perteneció a ella; sin embargo, su relación con Garrard la llevó a colaborar con la portación de varias piezas de joyería incluso después de su divorcio. En su última aparición pública, poco antes de su muerte, lució un collar de diamantes y perlas del mar del Sur que hicieron en colaboración y al que denominaron el collar del lago de los cisnes.
«En cierta medida, este inusual colgante simboliza la creciente seguridad de la princesa en sus elecciones de sastrería y joyería, en ese momento concreto de su vida», declaró Kristian Spofforth, jefe de joyería de Sotheby’s en Londres, antes de que la pieza fuera vendida.
¿Pero quién conserva esta cruz? A principios del 2023, la empresaria y modelo estadounidense Kim Kardashian adquirió por casi 200.000 dólares la cruz de Attallah en la venta “Royal and Noble” de la casa de subastas Sotheby’s.
De acuerdo con medios internacionales, el director de joyería de Sotheby’s Londres, Kristian Spofforth, comentó: “Las joyas que pertenecieron o que lució la difunta princesa Diana rara vez salen al mercado, especialmente una pieza como la cruz de Attallah, que es tan colorida, atrevida y distintiva”.
