De los casi 4 millones de emprendedores que hay en el país, sólo el 19% son mujeres. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el ámbito empresarial, sólo el 16% es representado por mujeres, un sector que aporta al crecimiento económico del país el 37% del Producto Interno Bruto (PIB).
La joyería, una industria cuya fuerza productiva femenina representa el 70%, ha sido un modelo de negocio para mujeres que han encontrado la oportunidad de convertirse en empresarias.
Para Ana Marisela Mercado, cofundadora de FrAgtal Joyas, poder crecer como empresaria va más allá del control y la administración de un negocio, es enfrentarse a retos que hoy le han demostrado que en la industria joyera las mujeres inspiran. Empresaria, esposa y madre de dos niños pequeños, comparte para JOYA Magazine el gran aprendizaje que le ha dado el poder mantener en balance ambos roles.
“Es crecer entre retos. Como empresaria no ha sido fácil combinar muchos aspectos: mamá, esposa y luego venir a desarrollar proyectos que nos permitan crecer como marca. Sin embargo, veo a mujeres que también desempeñan el mismo rol y, definitivamente, me inspiran. Yo me pregunto: “¿De dónde sacan tanta fuerza para hacer todo?”, porque no dejan de ser mamá, esposa y desarrollar su empresa”.
Entenderle al negocio, a la capacidad de poder negociar y crear acuerdos en casa, con los hijos, con la pareja, pero también lograr mantener un liderazgo emocional con el equipo de trabajo, ha sido la clave que le ha funcionado desde hace 18 años que emprendió junto con su hermana, Angélica Mercado, su empresa de fabricación de joyería de plata.
La industria joyera la ha hecho fuerte. A lo largo de su trayectoria, le ha permitido salir avante de circunstancias que, en algún momento, la llevaron a recordar el torbellino de emociones que suele experimentar un emprendedor. Una pandemia global le enseñó que mantener una visión propositiva, en función del bienestar de la familia y quienes están apostando a tu empresa, genera resultados positivos.
“La industria joyera me ha dado el impulso para salir adelante; el poder trascender con mi equipo de trabajo a pesar de las adversidades. Aunque a veces uno con tanta prueba, con tanto reto, llegas a cuestionarte: “¿Y si lo dejo y paso a dedicarme sólo a mis hijos?”, pero luego piensas en las familias que dependen de tu empresa, que están apostando contigo y que también tienen necesidad; entonces decides seguir adelante”.
¿Por qué en la industria joyera?, a pregunta expresa, Ana Marisela comparte que, aunque sus padres se desarrollaron en la industria del calzado, en su tiempo como estudiante, junto con su hermana, quien actualmente se enfoca en la producción, su pasión por la joyería la encontró en un sector que la enamoró por la nobleza de los metales.
“Es un negocio bien noble. Es muy flexible. Si se te ocurre algo, lo puedes diseñar, lo puedes crear y sacar al mercado. Al ser un metal, si por algo no se vende, puedes regresar y fundirlo para entonces sacar otras cosas propuestas, además de tener ya el aprendizaje de si gustó o no. Tienes esa posibilidad de maniobrar sin perder tu inversión”.
Para la empresaria, hoy su familia no sólo son sus hijos y su esposo, sino su equipo de trabajo —como dato a destacar está integrado sólo por mujeres— y sus clientes, quienes son parte importante de la firma FrAgtal Joyas, pues a lo largo de casi dos décadas los une la lealtad y la confianza.
“Te relacionas con personas con otro tipo de cultura, de visión, de ideas, y eso enriquece. Hace que de manera tangible puedas saber cómo son las personas de otras partes y empiezas a escucharlos, a entender sus necesidades, sus gustos y costumbres, empiezas a crecer junto con ellos hasta hacer una mancuerna y amistad familiar con los clientes”.
Según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en México, de cada cinco pequeñas y medianas empresas que se abren, tres están lideradas por mujeres. De acuerdo con el INEGI, las mujeres ocupan el 31% de los puestos de alta dirección en México y 7% la junta directiva de empresas mexicanas.
Para Ana Marisela, si bien el éxito o fracaso de un negocio no está sólo en función de la identidad de género, competir en una industria que, en su mayoría y por el desarrollo generacional, son hombres los dueños de las empresas, ha sido todo un reto que le ha enseñado la importancia de aprender de los demás para trascender.
“Aunque ha disminuido la brecha de género en nuestro país, sabemos que en ocasiones es más fácil que las puertas se abran para los caballeros que para una mujer; aunque tengamos la misma preparación, las oportunidades no siempre son las mismas. Pero sí puedo decirte que mi reto ha sido si bien no buscar ser como ellos, porque al final cada uno es lo que es, sí aprender de sus experiencias, de cómo trabajan, sobre todo porque son familias que se han desarrollado desde el abuelo,el hijo; eso nos nutre a las mujeres de esta industria”.
Mujer de retos, apasionada a su trabajo y a compartir tiempo con su familia, entre todo este universo de desarrollo en la joyería, Ana Marisela ha adoptado como misión personal el ser inspiración para otras mujeres contagiándolas, con esa energía que la caracteriza, de la gran oportunidad de negocio que representa la joyería.
“Yo soy una de las personas que siempre les pregunta: “¿Eres ama de casa?, inicia en la joyería, enséñate, puedes empezar con tus familiares, con las mamás de los compañeritos de tus hijos. Ahorita lo puedes ver pequeño, pero si lo trabajas, lo vas a ir haciendo grande”. Siempre les digo que la clave es tener ganas y un capital de inicio, que quizá hasta son los 5 mil pesos que se ganaron en la rifa, los pueden invertir y empezar a vender joyería”.
Una mujer llena de ilusiones, decidida, cuyo significado de bendición lo encuentra en su negocio todos los días, Ana Marisela aspira a poder conquistar a más países, con la posibilidad hacer de FrAgtal Joyas una franquicia que represente la joyería hecha en México.