Por: Thelma Gust Ramos
La realidad es otra. Los efectos sociales y económicos se extendieron a todos los niveles e industrias con la pandemia, en un efecto dominó que dejó como evidente una necesaria recuperación de la economía mexicana, de la preservación del empleo y del tejido empresarial.
Con cambio de planes y reestructuraciones, las empresas, grandes, medianas y pequeñas, tuvieron que reaccionar rápido para hacer frente a un 2020 que dejaba como lección: reconfigurarse para mantener su operación y sobrevivir.
Al igual que muchos otros, en la gran cadena de la valor del sector joyero, un segmento que ha enfrentado una nueva e incierta realidad es el diseño.
Con tres proyectos en puerta y cuando todo parecía ir viento en popa, una crisis mundial le daba una nueva lección en su carrera profesional a la diseñadora de joyería mexicana Elena López, quien tuvo que enfrentar, hasta ahora, sus más grandes desafíos.
“Fue avasallante de pronto saber que teníamos que dejar ir a nuestra gente y seguir pagando; fue para mí muy angustiante pensar cómo iba a hacer para pagar cuando, en mi caso, estaba preparando mi participación dentro de la Expo JOYA Abril, una expo en Milán, y aunado a eso yo estaba por entrar a China”.
La ilusión de estar presente en otros mercados y poder mostrar a otros países el diseño de la joyería hecha en México tuvo que esperar. La falta de liquidez para poder sostener sus líneas de producción le traía como consecuencia niveles de estrés que, en ratos, las repentinas ventas en línea en su página parecían amortiguar.
“Fue un shock muy fuerte cerrar tiendas. Gracias a Dios lo que me funcionó fue tener la tienda en línea, la cual está posicionada y con ella es que, de alguna manera y sorpresivamente, empecé a ver que había ventas, en medio de esa desesperación de la gente de estar en sus casas”.
¿Cómo no parar en una crisis que ponía de rodillas a una economía mundial? Elena López compartió que en su desesperación por responder a clientes a los que les maquilaba, decidió repartir el trabajo a sus colaboradores, yendo a los pueblos o sitios en los que se encontraban para mantenerlos activos.
“Ellos viven en San Felipe, Guanajuato, y me dediqué ese tiempo a estar yendo y viniendo en mi carro, llevándoles material para trabajar, con los cuidados necesarios. Este encierro me permitió tratar de ver por dónde tenía que ir para poder vender, para sobrevivir”.
La pandemia paralizó el estilo de vida de las personas, llevándolas a estar el mayor tiempo dentro de sus hogares, aislados, y cuya libertad parecía tenerla sólo la imaginación. En este tiempo, Elena López sacó tres colecciones que, de no haberse visto obligada a estar en confinamiento, muy posiblemente estas piezas aún no existirían.
“Saqué tres colecciones en medio de esta pandemia donde yo estaba con todos los pensamientos libres de muchas cosas, porque además tomé esa actitud de relajarme, de saber que sí, la vida estaba deteniéndose, pero también de que ahora podía tener esa paz que me hacía falta después de estar por mucho tiempo pensando en el diseño para otras marcas”.
Con dos talleres, uno en León y otro en Guadalajara, en 2020 la producción de la firma se redujo hasta en un 80%, situación que llevó a la diseñadora a motivar a sus colaboradores y aliados a unir esfuerzos para mantener activas las líneas de producción y, por ende, no verse obligada a desemplear a su personal.
“A los clientes que yo sabía que podían seguir comprando, los invité a tomarnos de la mano y poder generar juntos, diciéndoles: “si tú me mandas a hacer joyería, obviamente yo sigo vivo”, y así lograríamos hacer una cadena donde juntos salgamos adelante para reactivar la economía”.
Con la creación de diseño de piezas únicas con piedras obtenidas de lotes pequeños y como ediciones limitadas, 35 siempre manteniendo la esencia de la firma: convertir la belleza y elegancia de la naturaleza en joyas, así fue como la diseñadora logró vender su joyería a clientes en medio de la pandemia.
Entre sus nuevas colecciones se encuentran: Trébol y Caracol, Crisila de Hormigas, Orquídeas y Geométrica, y Arrecifales, esta última un seguimiento a la colección creada para la edición de la pasarela Escaparate 2019, organizada por Cámara de Joyería Jalisco, y cuya inspiración fueron los arrecifes de Veracruz.
“De Arrecifales saqué la colección la que realmente es vendible, y salió padre en el sentido de que la gente ya la estaba esperando desde que la vio en la pasarela de Escaparate”.
Como una mujer más fuerte y con- vencida de lo que quiere para su marca y sus clientes, así se describe Elena López, una diseñadora mexicana que, tras vencer el miedo, en todos los aspectos, que provoca una pandemia mundial, hoy dice ser más feliz, pero sobre todo, está lista para enfrentarse con más ganas a nuevos retos que la lleven a desafiarse como mujer y empresaria.