1. En tiempos de constante cambio, ¿de qué forma Joyas Vicarsa afronta los retos de la realidad actual?
“En Joyas Vicarsa hemos afrontado esta realidad siempre estando al pendiente de nuestros clientes; a la necesidad de ellos. Somos servidores de las personas que solicitan nuestro trabajo. Estamos al pendiente de saber cuáles son sus necesidades. Para que todo esto salga bien es hacer las cosas como el cliente las ocupa, porque lo que vendemos no son cosas baratas, sino gustos que se quiere dar la gente y tienen que estar bien hechas para que queden conformes y que vayan a su necesidad, como ellos lo requieren”.
2. A través de los años, ¿cómo la firma ha logrado adaptarse al comporta- miento y demanda del cliente sin perder su esencia?
“Es la adaptación de ir modificando nuestros diseños, moldes, a la necesidad del cliente. Siempre hemos guardado
la consistencia de que o es 10 o es 14; siempre guardando los lineamientos de la calidad de la joyería. Yo, en un inicio, insistí mucho en que se formara el Grupo de Calidad, porque es parte de también de nuestro éxito”.
“He tenido mi producción muy versátil. Diario nos enfocamos en lo que el cliente nos pide, y más porque manejamos brillantes, diamantes y prácticamente tiene su valor el diamante, enfocándome a lo que el cliente me pide. Si me dan una imagen o me hacen un bosquejo se los fabricamos y lo hacemos según su necesidad. Esa versatilidad es a la medida del cliente”.
3. ¿Qué significado tiene para usted el ser uno de los iniciadores del programa Grupo de Calidad?
“La calidad en cuanto a metales forma parte de la honestidad. Cuando se formó Grupo de Calidad hubo muchos problemas, muchos decían que era un premio dar un reconocimiento a la calidad, y no es un premio, yo le llamo que es un reconocimiento a la honestidad más que ser un premio, es un reconocimiento a que la persona es honesta, que la persona acostumbra meter diario su calidad”.
“Las personas reconocen cuando lo que les estás vendiendo calidad, ¡claro!, hay algunas que ni cuenta se dan porque no lo analizan, porque lo desconocen, pero cuando se dan cuenta de lo que es, la misma gente te premia aprobando que tú seas su proveedor, que tú seas quién le surtas, y eso es un premio que Dios te da: la honestidad. Yo conozco a muchas personas que son honestas y les va bien y en eso me he basado, en pensar que si a esas personas les va bien siendo honestos, pues también me va a ir bien a mí”.
4. La industria joyera está conformada en un gran porcentaje por MiPyMes, ¿qué consejo les da para mantenerse firmes y adelante en tiempos como estos?
“Yo les quiero transmitir que las cosas hay que hacerlas lo mejor posible, y todas las personas que hacemos las cosas con gusto, las hacemos bien. Si veo que algo puede mejorarse lo voy a hacer. Trato de hacer las cosas bien hechas. Hacer las cosas con gusto es algo muy importante en la vida, no sólo en la joyería, en lo que sea”.
“Si yo estoy haciendo una pieza de joyería, me fijo que sea una cosa que le quede bien, confortable, agradable, que sea algo que no le va a lastimar, no hacer las cosas por salir del paso. Hacer algo para que lo guarden no me gusta. Mi mejor paga es que un cliente se vaya contento con lo que le fabriqué, que diga, ah, esto era lo que buscaba, lo que quería, y eso ha sido mi mayor éxito, hacer las cosas con gusto y agradar al cliente. Es importante transmitir el gusto por lo que estás haciendo, que te apasionen las cosas”.
5. En su gestión como presidente de Cámara de Joyería Jalisco, ¿cuáles considera fueron los principales retos a los que se enfrentó?
“Lo que más me preocupaba era que al nivel de las micro no había tecnología. En mi gestión como presidente busqué que las micros se tecnificaran. Logré una gran parte llegando a acuerdos con empresas italianas, a las que les pedimos que sólo nos enseñaran a saber usar las máquinas, con los compromisos de que Guadalajara no fuera lo que era antes: el almacén más grande de maquinaria obsoleta”.
“Muchos pensarían que al comprar una máquina italiana por sí sola podía hacer las cosas, pero no les enseñaban a usarla, no le daban servicio. Siempre les dije: “Tenemos que tener además el taller quién les dé el mantenimiento a las máquinas”; entonces, por ese lado me quedé conforme de hacer esa alianza. En aquel tiempo se hizo gratuito y aunque algunos no estaban de acuerdo, la importancia era abrirnos y aprender más”.
Modificación de la norma en joyería
“Otra cosa que me siento satisfecho fue modificar la norma de la joyería, le luchamos porque el 9 1⁄2 quilates estaba permitido por norma, y yo reduje eso. Tu- vimos que hacer muchos viajes a México para poder lograr que se nivelara el 10/10 y el 14/14, entonces digo, gran parte de eso es lo que ayudado a que Guadalajara se man- tenga como Capital Joyera, que la calidad que se produce aquí sí es de la calidad”. “En ese tiempo pusimos verificadores junto con Profeco. La Cámara pagaba a los verificadores para que anduviera en las joyerías y verificaran si era el quilataje. Todo esto se hizo bien por la gente, por bien de la dignidad. Se les dio una prórroga de 6 meses, y les decíamos, lo que no vendiste en ese tiempo ya fúndelo y hazlo nuevo, pero desde ahorita comienza a hacerlo en 10/10 14/14. Tenían que ir modificando su sistema de fabricación.
“Las cosas bien hechas se venden fácil, y las mal hechas no se venden tan fácil, entonces no nomás es la calidad en los materiales, hay que ser integral en todo como un complemento a todo”.