Dentro del universo de la joyería, mirar un verdadero diamante negro no es algo común. A diferencia de los diamantes blancos que nos enamoran por su característico brillo, derivado de su íntima relación amorosa con la luz, estos diamantes también conocidos como carbonados son tan oscuros como porosos en su estado natural.
Y eso los hace sumamente exquisitos así como atractivos.
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