Colinas de arena blanca y dunas de yeso formadas por cristales de sulfato de calcio crean uno de los paisajes más sorprendentes del Valle de Cuatro Ciénegas.
En todo el mundo sólo existen tres regiones de dunas blancas: Texas, Túnez y México. Localizado en la zona central de Coahuila, y considerado el humedal más importante dentro del desierto de Chihuahua, en el Valle de Cuatro Ciénegas está un desierto que sorprende por la belleza de su arena blanca y dunas de yeso moldeadas por la erosión en más de 800 hectáreas.
Considerado como de los sitios con mayor biodiversidad del mundo por ser un valle que además de desierto también tiene ríos, lagunas, manantiales, ciénagas y pozas de agua, Cuatro Ciénegas es un paraíso encantado en nuestro país.
Con una extensión de aproximadamente 30 km de largo por 40 de ancho, en el Valle Cuatro Ciénegas, millones de años atrás, existió un ojo de agua al que le llamaban Mar de Tetis; sin embargo, cuando se secó quedaron lagunas cuyas aguas se fueron evaporando con el paso del tiempo hasta dejar visible una especie de arena blanca compuesta por sulfato de calcio, característica que le da a la arena del desierto un aspecto cristalino y de color blanco intenso.
Su extensión y formación de dunas ha llamado tanto la atención que, incluso, la NASA ha hecho investigaciones principalmente para los casos de estudio del planeta Marte.
Sus dunas de yeso formadas por la ero- sión y su composición de calcio y sal son de diferentes tipos: domo, que son montículos que llegan a medir nueve metros de altura; lunadas, en forma de media luna; transversas, que es una mezcla entre dunas con forma de luna y colinas de arena; y parabólicas, pequeños espacios donde la vegetación crece alrededor de las dunas. La más grande de ellas mide 12 metros de altura y es conocida como El Castillo.
El valle de Cuatro Ciénegas se ha convertido en un atractivo turístico a nivel mundial gracias a su belleza natural contrastante. Con una diversidad de plantas y animales endémicos en una área natural protegida, está conformada por un total de 180 mil hectáreas de dunas blancas, manantiales, lagunas, arroyos y las pozas de agua cristalina.
Con cinco metros de profundidad y alimentada de manantiales subterráneos, la Poza Azul es uno de los atractivos protagonistas del valle por su agua cristalina azul turquesa, cuyo color se debe a algas microscópicas llamadas Estromatolitos, una especie de coral que provee de oxígeno al agua y que se dice que fueron los creadores de la vida hace millones de años.
En el desierto se encuentra la Poza Azul, el humedal de Cuatro Ciénegas y uno de los más importantes del mundo.
También se encuentra la Poza de la Becerra, la cual se caracteriza por tener agua tibia y transparente, incluso se puede observar los peces que en ella habitan como la mojarra de Cuatro Cié- negas. A diferencia de la Poza Azul, en esta poza los visitantes sí pueden bucear o esnorquelear.
A tres horas de Saltillo se ubica el Pueblo Mágico que lleva su mismo nombre Cuatro Ciénegas. Con 11 mil habitantes, y asentado en las faldas de una montaña llamada El Muerto, el nombre de Cuatro Ciénegas de Carranza para esta ciudad hace referencia a las Ciénagas que forman los abundantes manantiales que hay en los cuatro puntos cardinales y por haber sido cuna de Venustiano Carranza.
Dentro del pueblo de Cuatro Ciénegas se puede visitar el museo de la casa donde nació el político mexicano que lideró la etapa constitucionalista de la Revolución: Venustiano Carranza. La plaza principal está rodeada de tiendas, hoteles y restaurantes, así como la iglesia de San José, la antigua estación del ferrocarril y el parque recreativo San Vicente.
Con un clima que durante el año es muy seco y la temperatura promedio anual es de 21.4oC, el valle de Cuatro Ciénegas es un tesoro de la gran biodiversidad que hay en México.