En diferentes formas y estilos, a través de las tendencias de moda y los diseños de joyería, los broches se mantienen atemporales y elegantes. Su historia nos conecta con generaciones pasadas, nos evoca a la elegancia de portar una joya para complementar un estilo y forma de vestir. Ahora, regresan con más fuerza como una de las piezas más icónicas de looks contemporáneos.
Con un pasado no escrito, el uso de este accesorio puede remontarse a la Edad de Bronce, con diseños sencillos para abrochar la ropa exterior de invierno. Posterior, con la llegada del Renacimiento, hay registro de diseños sobrios que se transformaron en ostentosas piezas ornamentales que usaban los aristócratas y la realeza, utilizando piedras y metales preciosos; para posterior hacerse presentes en época Victoriana y realeza británica, sin dejar atrás su presencia en Primera Guerra Mundial, donde los broches siguieron siendo accesorios populares a principios del siglo XX; y tras la Segunda Guerra Mundial, importantes casas de moda como Van Cleef & Arpels volvieron a crear diseños únicos y extravagantes.
De las pasarelas de alta costura a los outfits urbanos más creativos, los broches se reinventan y se reafirman como un símbolo de estilo, identidad y sostenibilidad. Firmas como Dior, Chanel o Schiaparelli los han llevado a nuevos niveles con diseños botánicos, barrocos o escultóricos.
Tomando un nuevo protagonismo, los boches ocupan nuevos espacios, es decir, ya no solo suelen verse la solapa; sino también los vemos en bolsos, peinados, sombreros o incluso agrupados en forma de collage. Celebridades como Zendaya o Robert Downey Jr. han contribuido a su boom llevándolos con audacia en alfombras rojas y eventos de moda.
Este resurgir no es una casualidad. Hoy en día este accesorio ofrece una declaración personal en una era que valora lo artesanal, lo único y creativo; haciendo una invitación a darle un nuevo uso a los boches que, seguro, tienen una historia por contar.
