Por: Thelma Gust Ramos
Grandes aprendizajes, pero sobre todo grandes amigos, es lo que a lo largo de cuatro décadas la industria joyera mexicana le ha dejado como valor a la empresaria Julia Del Río Mojica, quien junto con su esposo José Luis Valencia Urzúa (en ese tiempo en vida) crearon Valencia Joyas, una firma de fabricación de oro de 10k y 14k que hoy es una fuente de generación de empleo y una oportunidad para quienes desean invertir en joyería.
En entrevista para Joya Magazine, Julia Del Río Mojica nos comparte su perspectiva sobre cómo ha avanzado el sector joyero a lo largo del tiempo, así como las experiencias que ha vivido al lado de sus clientes, a quienes considera su familia.
¿A qué ritmo ha visto el desarrollo de la industria joyera?
“Acelerado. La industria joyera mexicana ha evolucionado de manera increíble; ha crecido muchísimo. Aunque yo a mi edad ya no estoy tan actualizada como antes, como cuando me enfocaba en el diseño a mano de mis joyas, porque ahora lo hacen mis hijas y el equipo que está ahora, puedo percibir que hoy hay nuevas herramientas para llegar al cliente, para mostrar tu joyería y hacer crecer mucho más rápido tu negocio”.
“Gracias a la confianza que genera el sector es que actualmente se puede salir adelante. Yo existo después de 40 años o más. La calidad también ha sido un factor importante, pues antes no estaba tan controlado. Grupo de Calidad para nosotros desde un inicio fue algo fundamental, porque sabes que lo que estás ofreciendo es el kilataje que realmente es, y eso a nosotros a lo largo de estos años nos ha servido muchísimo ”.
Como empresaria y madre de familia, ¿qué valores hacen destacar a la industria joyera mexicana? “La familia joyera que es hoy. Yo me siento muy feliz, orgullosa y satisfecha de los logros que hemos obtenido, porque nada ha sido fácil. Nunca te imaginas el crecimiento que puedes llegar a tener aún con todos los retos que se te presentan. Las personas que a lo largo de los años te apoyan, impulsan y ayudan a crecer, son una muestra de la lealtad, el respeto y la solidaridad que distingue a este sector”.
“Afortunadamente he podido estar cerca de personas buenas. Estuve en el República, Galería Joyera, ahora estoy en el Magno, en un negocio que hoy es para mis hijas, pero que a lo largo de este tiempo ha sido una experiencia llena de cariño por los clientes que conoces”.
Desde su punto de vista, ¿qué caracteriza al comprador especializado en joyería?
“Esa cercanía y convivencia que te permite tener el sector joyero. Ganarte su confianza y respeto a través del buen servicio al cliente es una
recompensa inmejorable porque te convierte en una familia. Tengo clientes de muchos años que, incluso, si ya se retiraron me hablan para saludarme, y eso es lo más valioso”.
“Convivir con clientes es ganar a una familia. La industria me ha permitido seguir creciendo en todos los aspectos, con mi negocio y con mi familia. Nosotros vivimos del cliente y ellos de lo que nosotros podemos ofrecerles. La confianza que tienes a ti mismo es la que tienes que ofrecer a ellos, pues crecen junto contigo”.
Ser testigo del crecimiento de un cliente que logra convertirse en un empresario, ¿qué tan satisfactorio es?
“Es un orgullo y una emoción el ver que después de tantos años de esfuerzo hoy ya tiene un negocio grande, con mucho peso. Afortunadamente, a lo largo de estos 40 años en la industria joyera he sido testigo de ver a mis clientes ser empresarios, encontrármelos y hablar de lo que vivimos antes y que hoy tienen un nuevo presente”.
“Tenemos que ver el crecimiento de nuestros clientes. La joyería nos da para mucho y hay para todos. No debemos de ser egoístas. Dios nos da tantas satisfacciones como las de crecer al lado de tu familia y tus clientes”.
Para usted, ¿qué representa el que su joyería sea parte de la vida diaria y los momentos especiales de las personas?
“Es muy hermoso porque cumple su objetivo. Es bonito ver que la joyería que fabricas, que diseñas es usada en momentos especiales de su vida, en su boda, como un regalo; es una satisfacción impresionante que te llena de orgullo cuando sabes que la joyería es parte de la vida de las personas”.
“La joyería de oro tiene esa virtud de siempre aumentar su valor, de ser un regalo, un detalle que va a durar por mucho tiempo en la vida de las
personas, también ese significado es importante porque se vuelve un tesoro para toda la vida. El oro es oro, y el día que tengas una necesidad sabes que ahí va estar para ayudarte”.
¿Qué significado tiene para usted ser una de las empresas pioneras del programa Grupo de Calidad?
“Ofrecer con confianza lo que estás vendiendo. Estar en Grupo de Calidad te da seguridad como empresa, esa seguridad que después pasa a tu cliente que comercializa la joyería con esa misma satisfacción y confianza de que las cosas están bien hechas. Si es 14k es 14k, y si es 10k es 10k. Yo trabajo más que todo el 14k, y Grupo de Calidad tiene que tenernos bien checaditos”.
“Yo a mis trabajadores ahí les tomaba la muestra para checar que efectivamente se estuvieran haciendo las cosas bien, y así cumplir con el programa que cada vez es más necesario que más empresas se sumen, para garantizar a los clientes de joyería, pero también para seguir poniendo en alto la joyería mexicana”.
¿Cuál ha sido la satisfacción más grande que le ha dado el sector joyero?
“En aquellos tiempos en los que crecimos mi esposo y yo fue algo totalmente hermoso. Eran tiempos en los que podías viajar para visitar a los clientes, asistir a exposiciones que a todos nos ayudó mucho a consolidarnos. El poder conocer a muchas personas, te hace de clientes de diferentes estados, de todo el país e incluso de otros países. Fue muy bonito porque disfrutaba todo lo que nos daba el sector”.
“En los inicios, las Expo JOYA fueron para mí muy importantes. Disfrutaba mucho convivir con los clientes. Crecimos gracias a todo lo que se nos fue dando. Cuando mi esposo muere, me cuestioné mucho cómo salir adelante con un taller; sin embargo, lo que hice fue darle las armas a mi equipo para salir adelante”.