Por: Thelma Gust Ramos
La joyería griega evolucionó en estilo, técnica y significado, influida tanto por el desarrollo interno de la civilización como por sus relación con otras culturas del Mediterráneo.
Grecia mantiene una tradición joyera milenaria, para muchos investigadores, basada en la búsqueda de la belleza a través de la perfección. Margarita Pérez Grande, profesora del Instituto Gemológico Español (IGE) cita en su webinar La joyería de la Antigua Grecia, que la joyería destaca de forma especial por su variedad tipológica y de materiales y, sobre todo, por su sofisticado criterio estético y elevado nivel tecnológico.
“El 90% de la joyería que se va a hacer en Grecia está realizada en oro, en cambio, es casi una rareza la utilización de la plata, y alguna vez podemos encontrar electro, es decir, la aleación natural de plata y oro, que emplean tal cual la encuentran, y de forma más ocasional podemos encontrar una aleación de oro con otros metales que nos puede dar como oro rojo, y oro rosa”.
Las primeras manifestaciones de joyería en el mundo griego datan de las civilizaciones prehelénicas, como la minoica en Creta y la civilización micénica. Estas culturas, activas entre el 3000 y el 1100 a.C., desarrollaron una orfebrería notable que revelaba una destreza técnica sorprendente. Los micénicos, en particular, produjeron diademas, collares y pendientes en oro, a menudo decorados con motivos naturales, como flores, abejas y hojas, que revelan una fuerte conexión con la naturaleza y con creencias religiosas politeístas.
De acuerdo con la profesora española, los griegos desarrollaron en el periodo arcaico una de las técnicas de esmaltes al fuego que actualmente se mantiene vigente, y la cual es la técnica de esmalte caducado: “ellos la van a practicar formando los tabiques a partir de una labor de filigrana, y os podéis imaginar entonces la cantidad de esmalte que puede caber en cada uno de los campos abiertos y por tanto, digamos que tiene ciertas limitaciones, y las tienen también la variedad cromática por- que encontramos azul turquesa y verde”.
En cuanto a la utilización de gemas y piedras preciosas, la investigadora destaca gran variedad de calcedonia, turmalinas, y al final del periodo helenístico el granate y la esmeralda.
“En la misma época, en el helenístico, encontramos también las perlas traídas del Golfo Pérsico que será el principal centro de aprovisionamiento de esta gema orgánica para Europa en los siglos venideros, hasta que se descubran los bancos perlíferos del caribe y entonces podamos encontrar otro tipo de material que a partir del siglo 16 empezará a invadir también el mercado europeo”.
Otro de los materiales utilizados en la antigua Grecia fue la pasta vítrea que, de acuerdo con la profesora, se trata de un material que se encuentra entre los más antiguos creados por el hombre, a base de mezclar sustancias de origen natural y llevarlas a un proceso de fusión en el fuego, obteniendo un tipo de material que en esta época nos da como resultado una pasta vítrea opaca que puede ser coloreada de diversas formas y que en la mayor parte de los casos cuando la encontramos en la joyería, está siendo utilizada para sustituir las piedras naturales.
“En cuanto a las técnicas, encontramos piezas en las que el nivel de fabricación en serie es muy bajo, tenemos una producción dirigida a la élite social, y su núcleo es muy reducido en estas épocas, por lo tanto, la producción seriada ni tiene una clientela suficientemente amplia, ni tampoco las características de las joyas y la riqueza de los materiales y de elaboración que se emplean con ellas serían asequibles a la mayor parte de la población”.
Adentrándose en las técnicas empleadas, la profesora comparte técnicas como conformado a martillo, utilizando chapas o alambres; estampación en troquel o con punzón para hacer una construcción de collares huecos, o decoración seriada; la fundición se utilizó de manera limitada; el cincelado directo para formar las decoraciones en relieve; y el desarrollo constantemente de la filigrana y el granulado.
“La filigrana y el granulado dos técnicas que de acuerdo con estudios muy probablemente fueron creadas en Mesopotamia creadas entre finales del tercer milenio y comienzos del segundo antes de Cristo, y a través de los fenicios se difundieron por el Mediterráneo y se convirtieron en un patrimonio común de las culturas que habitaron en toda esa área. Los griegos conocen bien las dos técnicas, las usan de manera independiente, y se ven combinadas muy a menudo dentro de los objetos, los hilos, que se utilizan en la labor de filigrana pueden ser lisos, pero también hilos entorchados o hilos labrados de diferente manera”.
Durante el imperio Bizantino, la joyería adoptó un carácter sacro, con énfasis en símbolos religiosos y técnicas como el esmalte, este fue exclusivamente tabicado, dejando una herencia que permanece en el mediterráneo oriental, pasando de Grecia hasta el extremo más oriental, China.
En el siglo XX, la joyería griega entró en una nueva etapa marcada por el diálogo entre la artesanía y el diseño moderno. Su trabajo rescató técnicas antiguas como la filigrana y el granulado, dándoles una nueva vida en el mundo moderno. Durante el mismo siglo, se multiplicaron los talleres artesanales en ciudades como Atenas, Tesalónica y en las islas del Egeo. Estos espacios produjeron joyas tanto para el mercado local como para el turismo internacional, manteniendo vivas las tradiciones regionales y adaptándolas a las modas cambiantes del siglo XX.
Hoy el legado de los joyeros griegos está presente tanto en la estética como en las técnicas orfebres que se continuaron perfeccionando durante siglos.
Grecia experimentó una larga etapa de transformación cultural bajo el dominio otomano; a pesar de la opresión, las comunidades griegas conservan muchas tradiciones, incluida la orfebrería. Durante este tiempo, la joyería rural adquirió importancia, con fuertes rasgos folclóricos y regionales.

