A pesar de su corta edad, los niños de la realeza son los sucesores de la elegancia y el estilo de sus padres, pero sobre todo los futuros dueños de las joyas que se han heredado su familia a través de los siglos
Considerada la niña más rica del mundo, la princesa Charlotte tiene una importante influencia internacional originada por su madre Kate Middleton, de quien heredará joyas pertenecientes a su abuela la Princesa de Gales, así como de su bisabuela, la reina Isabel II, entre las que destacan los pendientes del Jubileo de Plata, el collar Festoon con 105 diamantes sueltos, los aretes con perla en forma de gota de Bahrein, entre otros. Con nueve años recién cumplidos, la princesa Charlotte tiene un patrimonio familiar, estimado en 4.082 millones de euros.
Gabriella Thèrése Marie Grimaldi, condesa de Carladès hija de Alberto II y Charlene de Mónaco también puede presumir de la gran herencia en joyas de su madre, quien ha destacado en la vida de los royals por sus imponentes pendientes de oro blanco, diamantes y zafiros a juego con un gran anillo, sin dejar a través sus numerosas tiaras que deslubran por sus diamantes.
Hija mayor de los príncipes Victoria de Suecia y Daniel, Estela de Suecia, duquesa de Östergötland será la princesa heredera de la fortuna en joyas de la familia real sueca, como la tiara de las nueve puntas, una antigua joya que perteneció a Sofía de Nassau, esposa del rey Óscar II, y que cuenta con un impresionante diseño que combina diamantes de talla brillante con nueve puntas rematadas en nueve soles de diamantes; esta pieza la portó su abuela la reina Silvia en la entrega de los Premios Nobel 2023.