México es un país con una arquitectura prehispánica fascinante, y prueba de ello es la Península de Yucatán en la cual se edificó una de las ciudades mayas más importantes de los siglos III y X. Hoy, Chichen Itzá es un ejemplo de los conocimientos astronómicos de la cultura Maya.
Construida en el periodo posclásico, el Castillo de Chichen Itzá o también conocido como la pirámide de Kukulkán es unos de los tesoros arqueológicos más impresionantes de México gracias a su efecto único que, en el mes de marzo y septiembre, muestra el descenso de la serpiente emplumada.
Con 24 metros de altura y 365 escalones, destaca por dos enormes cabezas de serpiente que hacen referencia al dios Kukulkán quien los días 21 de marzo y el 21 de septiembre de cada año desciende a la tierra.
El Castillo de Chichen Itzá representa la grandeza de la cultura Maya, una joya prehispánica que muestra los avances tecnológicos, políticos y religiosos de ese siglo, y que en 1972, fue declarado por la UNESCO como una de las siete maravillas del mundo.
En la época precolombina, Chichén Itzá era una ciudad vibrante con una población diversa de comunidades mayas, en donde habitó un antiguo pueblo nativo de la península de Yucatán. Historiadores señalan que Chichén Itzá fue edificado debido a su proximidad al cenote Xtoloc. En esta pequeña gran ciudad maya también se encuentran otras edificaciones arqueológicas como el Juego de Pelota – Pok Ta Pok, el Templo de los Guerreros, el Observatorio de Chichen Itzá y el Cenote Sagrado.