Por sus paisajes naturales, tradiciones y lugares únicos, la República de Benín
es un destino de travesía en el continente africano.
Geográficamente, Benín es una pequeña extensión lineal del continente africano. Naturalmente, cuenta con una de las reservas naturales y silvestres más importantes de África. Ubicado entre los límites de Togo al oeste, por Nigeria al este, y por Burkina Faso y el río Níger al norte, la República de Benín es una pequeña joya que atrapa por sus largos campos en barbecho, mangles y muchos bosques sagrados.
La lengua oficial de Benín es el francés. Sus inicios se remontan a una antigua colonia portuguesa y posteriormente francesa, conocida como Dahomey debido a un antiguo reino local que el 01 de agosto de 1960 logró su independencia. En 1975, se adoptó el nombre actual de República de Benín.
Benín se convirtió en un importante exportador de oro, marfil, pimienta y aceite de palma, con un pasado complejo marcado por el ventajoso negocio de los portugueses y franceses con el envío de esclavos para Brasil; por ello, su gran influencia afro brasileña.
Sin embargo, hoy, la República de Benín es considerada uno de los países más estables y seguros de la región; gracias a las transiciones pacíficas de sus gobiernos y crecimiento económico paulatino al ser uno de los productores de algodón más grandes del país africano.
Con 12 millones de habitantes, Benín es distinguida por ser una de las poblaciones más hospitalarias del continente. Gran cultura y lugares imponentes por la naturaleza se apropian de la belleza de este país cuya capital Porto Novo destaca por sus casas coloniales con influencia francesa, sus mezquitas y templos vudús.
Con un imponente paisaje de sabanas y zonas áridas fruto de un clima caluroso, el Complejo W-Arly-Pendjari, que ocupa parte del territorio también de Burkina Faso y Níger, ofrece un paisaje de sabana africana, con un hábitat que refugia una inmensa vida salvaje como leones, búfalos, hipopótamos, guepardos, cocodrilos, elefantes, jirafas, antílopes y una gran variedad de reptiles.
Entre las playas vírgenes de Benín, cerca de la frontera con Togo, está Grand Popo con kilométricas lenguas de arena dorada y agua cristalina. Rodeada de cabañas y palmeras, la playa de Fidjrosse es un tesoro natural al igual que Sèmè-Kpodji, una de las más conocida de Benín por su zona de hoteles que se encargan de preservar la zona.
Se le conoce como la Venecia africana, Ganvié está situada sobre el lago Nokoué, al sur de Benín y en las cercanías de la capital del país Porto-Novo, esta ciudad se levanta sobre las aguas del lago, apoyada en ocasiones en pequeños islotes que configuran una serie de canales. Su distribución de 53 casas flotantes ha atraído la atención de turistas de todo el mundo.
Por último, Ouidah catalogada como la capital cultural del sur de Benín, es el vestigio de la esclavitud que por mucho tiempo marcó la historia de todo un país. La Puerta del No Retorno, patrimonio de la humanidad por la Unesco y un importante punto turístico, es una ventana al pasado tumultuoso de Benín. Frente a la playa, se encuentra un imponente monumento del año 1992 que señala el lugar simbólico donde se embarcaba al tráfico esclavista encabezado por los europeos.
Actualmente, Ouidah es una ciudad que arraiga muy bien sus tradiciones culturales africanas, sobresaliendo por su playa, su Templo de las Pitones, su bosque sagrado, museos repletos de historia y un pintoresco centro de casitas de color naranja y otras de estilo colonial. ¡Conócelo!