La cultura mexicana permanece viva a través de sus historias contadas, de leyendas y relatos que nacieron del misticismo del México antiguo para explicar “el deber ser” de romances soñadores, utópicos y llenos de fantasía.
Tomando como lienzo creativo al diseño de joyería, desde hace 15 años, la firma Mackech se ha inspirado en el amor fiel de una leyenda que hoy se mantiene viva en cada una de sus piezas y en la historia contada por quien las porta.
“La leyenda trata de un guerrero que se enamora de una princesa, desde aquel entonces había diferencia de clases, entonces la princesa se enamora del guerrero, pero no era el de su estirpe y lo convierten en un escarabajo y esa leyenda existe, es una leyenda de un amor fiel”, compartió a Joya Magazine Geraldina Vega, fundadora de Mackech.
En la industria joyera, el escarabajo de Mackech se ha convertido en un ícono del diseño, en un tributo al amor y la fidelidad que surgió de una leyenda y que hoy es inmortalizada en piezas de plata .925 con vidrio soplado, perfectamente simétricas.
Para Geraldina Vega, el escarabajo que representa a la firma que inició de su fascinación por las joyas y el buen gusto y que, al día de hoy, le ha dado la oportunidad de ser reconocida a nivel internacional, es además de un símbolo de orgullo, una muestra del gran valor que hay cuando la cultura mexicana toma protagonismo dentro de la joyería.
“Cuando de repente llegan a un hotel de Cancún de la Riviera Maya, o llegan a Los Cabos, o a Palacio de Hierro, preguntan ¿de dónde es esta joyería?, y creen que es importada, que es francesa o italiana… No, no, es una joyería que es semiclásica, que va a durar siempre. Cuando la ven en las tiendas dicen, de dónde es, pues es una historia. Yo hago mucho hincapié que nuestras demostradoras cuenten la leyenda, la historia, para que la gente sepa que es mexicana, que lo diga, que lo difunda”.
Ganadora del primer lugar de joyería de moda en la Bienal del Diseño de Iberoamérica, Mackech es una muestra de que el diseño mexicano tiene liderazgo y carácter a nivel internacional, de ahí la gran importancia de impulsar, promover y fortalecer el talento que hay en nuestro país.
“La Bienal del Diseño de Iberoamérica es en España, con jurados de todas partes del mundo y es multisectorial, lo mismo te califican una joya, que un vestido, que una silla, que una casa, que un edificio, que cualquier proyecto que tenga diseño. Nosotros ganamos el primer lugar en joyería de moda en Iberoamérica, y con un jurado que ha sido jurado de Cartier, 18 de Dior”.
Apasionada incansable por la joyería, Geraldina Vega en conjunto con su hija Geraldina Herrera, directora creativa de la firma, crearon Cuzán, una línea de joyería que llegó hace tiempo a complementar la esencia de Mackech, con una inspiración fundamentada también en la leyenda, pero con propuestas en plata inspiradas en la mujer delicada, dulce y aspiracional.
“Cuzán tiene puras C conectadas, cuyo nombre es el de la princesa de la leyenda. Son dos líneas unidas entre sí. Mackech y Cuzán, una es el escarabajo que es este hombre enamorado, y otra es la princesa”.
Su colección más reciente llega a revivir los recuerdos más profundos que atesora el corazón. A las piezas de la colección Recordi, “recordar” en italiano, las embellece la autenticidad de la mente creativa que está detrás de una firma que trabaja día a día por ser diferente y exclusiva.
“Toda esa colección trae un lienzo pequeño donde escribes un detallito que lo enrollas y lo metes al anillo que tiene
una canalito y queda ahí. Hay anillos, corazones, dijes. Todos esos detalles que se van quedando en nuestras colecciones es lo que van haciendo la diferencia, no nos vamos a quedar con lo mismo”.
Mantener siempre vivo el amor y la ilusión a través de la joyería, es la razón de ser de Mackech, una empresa cuyos pilares se construyeron del amor de una empresaria dedicada, guerrera, trabajadora y, eso sí, con un profundo orgullo por quienes hoy son su más valioso legado, sus hijos.
Aún y en los tiempos más complejos, en los que el mundo se ha tambaleado causando efectos a todas las industrias, Mackech ha encontrado la fortaleza de su marca a través de sus clientes, quienes, en tiempos adversos, le demostraron ser sus más valientes guerreros.
“La pandemia sacudió al mundo, a los clientes, los cuales tú te das cuenta qué cliente es la guerrera de tu anillo, cuál clienta no se dio por vencida y pensó al contrario estás en casa, cómprate eso, yo te lo llevo con los cuidados necesarios. Tengo clientes que no se rajaron y que siguieron vendiendo”, compartió Geraldina Vega, empresaria entregada a su equipo, sus clientes y, claro, a su país.
La calidad es la razón de la lealtad que durante tantos años ha creado y fortalecido vínculos inquebrantables con sus clientes, quienes priorizan el diseño y autenticidad de sus piezas.
“El diseño sí tiene su mercado, enfocado a un mercado que puede pagar; sin embargo, hay clientes que no tienen grandes recursos, en este caso el cliente final, y no obstante prefiere esperarse y comprarse una pieza distinta, que se enamore de ella. El tener una pieza original vale más para el cliente”.
Una de las firmas pioneras del diseño de joyería en México, Mackech forma parte desde hace más de 25 años del programa Grupo de Calidad, consolidando su ética y liderazgo por la calidad garantizada, destacando el gran trabajo artesanal que está plasmado en cada uno de sus diseños.