En una búsqueda por encontrar nuevas historias alrededor del mundo que nos permitan dimensionar, aún más, el valor que tiene el proceso que hay detrás de la elaboración de la joyería artesanal, JOYA Magazine platicó con la firma colombiana Rose Khbeis, una marca de joyería cuya razón de ser ha sido mostrar a través de sus piezas la mezcla de dos culturas.
Rose Kbeis es una diseñadora de joyería colombiana cuyas propuestas están inspiradas en la magia del caribe y el misticismo de la cultura árabe. Su joyería se comercializa en países como Chile, Estados Unidos, Alemania, entre otros.
Hacer referencia al lujo en una pieza de joyería no sólo es evocar al valor del con- tenido con el que está hecha, sino al pro- ceso de elaboración y línea de inspiración que envuelve al arte de la fabricación de la joyería artesanal en México y en otras partes del mundo.
En una búsqueda por encontrar nuevas historias que nos permitan dimensionar el valor que tiene el proceso que hay detrás en la elaboración de la joyería hecha a mano, JOYA Magazine platicó con la firma colombiana Rose Khbeis, una marca de joyería cuya razón de ser ha sido mostrar a través de sus piezas la mezcla de dos culturas.
“Cuando hablamos del lujo por lo hecho a mano es porque que hay una inmensidad de detalles que son los que dan el WOW factor, cuando te pones una joya hecha a mano”, compartió Rose Khbeis, gerente y diseñadora de la marca y cuyo trabajo ha sido reconocido por la revista VOGUE Latinoamérica.
Para la diseñadora, el detalle en una pieza de joyería recae en lo meticuloso que es el proceso artesanal con el que se logra crear una joya; en el conjunto de factores que se deben tomar en cuenta para poder desarrollar a la perfección la joyería que se tiene pensada.
Es de ahí que la orfebrería permite plasmar algo único, nuevo, convirtiendo en lienzos a los metales para expresar lo que no se puede decir en palabras. “Los artistas indagamos en experiencias que hemos vivido, tratamos de buscar una resolución a eso; intentamos sacar algo de eso”.
Reflejar la belleza de la cultura árabe palestina y la del caribe colombiano es el hilo conductor en cada una de sus colecciones. Este afecto por ambas culturas llegó a la diseñadora a muy temprana edad, ante la necesidad de poder entender sus raíces y una nueva realidad que, en aquel tiempo, le generaba más preguntas que respuestas.
“Mi familia es de origen palestino y se vino a vivir a Colombia (de donde ella es). Esa situación que hace que muchas personas se muden de un país a otro, sobre todo cuando la razón tiene que ver con conflicto, queda como una melancolía, como una sensación de vacío, de algo que querías sentir, escuchar o probar, pero no fue posible”.
Inmersa en la joyería por su núcleo familiar, su pasión por la orfebrería surgió desde pequeña, y aunque el inicio de su vida profesional fue como economista, la sensación que despertaba en sus manos al crear piezas de joyería y su 31 interés por conocer más sobre los inicios y desarrollo de la joyería a nivel mundial sobrepasó cualquier otra experiencia.
“Fue como una etapa emocional, de satisfacción, que no entendía el no sentirme plena por lo que estaba haciendo, hasta que encontré esto, donde empecé a fabricar las joyas. Cuando inicié a trabajar empecé a verlo calmante e inspirador; es como cuando encuentras la luz, que no sabes si lo vas a tener para siempre, pero ahora que lo estoy disfrutando y sintiendo deseo aprenderlo más”.
Piedras preciosas trabajadas por la marca con técnicas antiguas y metales preciosos se funden en las propuestas de las siete colecciones con las que actualmente cuenta y que, de la mano de personas que se han convertido en fuertes aliados, como la marca By Aragón, de la empresaria chilena, Claudia Aragón, sus piezas han podido distribuirse a países como Chile, México, Panamá, Nicaragua, Estados Unidos y Alemania.
En los siguiente años, Rose Khbeis buscará fusionar otras culturas que permitan mostrarle al mundo la belleza y poder de la joyería hecha a mano.